Ambliopía

domingo, 16 de septiembre de 2007

La ambliopía es una disminución de la visión y de todas las habilidades visuales en un ojo que no se desarrolló con normalidad durante la infancia. Algunas veces es denominada de forma común como “ojo vago”. Cuando un ojo desarrolla una buena visión mientras que el otro ojo no lo hace, el ojo con menor visión es llamado amblíope. Aunque es más frecuente que solo sea un ojo el afectado por ambliopía, también puede darse una ambliopía bilateral, estando ambos ojos en niveles inferiores a la normalidad. Esta condición es relativamente común, afectando a 4 de cada 100 personas. La ambliopía puede ser corregida únicamente si es tratada durante la infancia o edades tempranas, a partir de los 9-12 años la recuperación es mucho más compleja o, incluso irreversible. Los padres deben estar alertados sobre esta amenaza visual sobre sus hijos.



La mayoría de exámenes médicos y revisiones escolares que se realizan en niños, hay un apartado de las pruebas destinado al análisis de la visión. Si se detectan anomalías en la agudeza visual se deberán remitir al oftalmólogo. Es aconsejable realizar un chequeo visual a todos los niños a los tres años o incluso antes. TRATAMIENTO El tratamiento de la ambliopía se enfoca hacia la mayor utilización del ojo débil. Se suele realizar mediante la oclusión del ojo bueno durante unas semanas o meses. Si es necesario, deben prescribirse gafas para la visión borrosa o el desequilibrio de enfoque. Algunas veces, la ambliopía se trata no ocluyendo completamente el ojo, emborronando (penalización) la visión del ojo sano mediante algún determinado fármaco o lentes, para forzar al niño a usar el ojo amblíope. Si un estrabismo o una anomalía como cataratas se detecta, el oftalmólogo debe decidir el tratamiento médico o quirúrgico con el fin de corregir el problema causante de la ambliopía. Por lo tanto, la oclusión es el método que más a menudo se utiliza para corregir la ambliopía y en algunas ocasiones se acompaña de ejercicios visuales. Una oclusión excesiva o no controlada puede empeorar la visión del ojo ocluido, por lo que es muy importante seguir las instrucciones marcadas.



En caso de que la ambliopía no sea tratada, pueden suceder alteraciones severas: el ojo amblíope puede desarrollar un defecto serio e irreversible, la percepción en profundidad puede quedar muy reducida y, si el ojo dominante sufre una enfermedad o accidente, puede resultar una vida con una pobre visión y sin posibilidad de mejora.



Los profesionales de la visión pueden instruir a la familia sobre cómo tratar la ambliopía, pero es responsabilidad de los padres el llevar a cabo este tratamiento. A los niños no les gusta tener que llevar un ojo tapado, pero los padres deben convencer a sus hijos que será lo mejor para ellos. Frecuentemente, el éxito del tratamiento depende del interés de la familia en su evolución, y su habilidad para ganarse la cooperación del niño. En la mayoría de los casos, los padres juegan un papel importante y decisivo en la solución de la ambliopía de sus hijos.

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